Caso María Cash: una por una, las pruebas que acorralan al camionero acusado de haberla asesinado

A partir de las contradicciones en sus testimonios y nuevos peritajes, Héctor Romero (71) pasó de ser testigo al único sospechoso del caso.

El camionero Héctor Romero fue la última persona que vio con vida a María Cash.

Pese a los indicios que sostenían que había sido la última persona que vio a María Cash antes de su desaparición, durante más de 13 años el camionero Héctor Romero (71) estuvo vinculado al expediente en calidad de testigo. Los investigadores nunca habían encontrado elementos contundentes para incriminarlo.

Ese escenario empezó a cambiar a partir del giro que dio la causa desde los primeros días de noviembre. Este martes, una orden de detención en contra de Romero confirmó las sospechas de los investigadores.

El camionero es ahora el único sospechoso de haber asesinado a la diseñadora de ropa, de acuerdo con la calificación impuesta por el titular de la Fiscalía General del Distrito Salta, Eduardo Villalba, quien lo acusa de “homicidio calificado por alevosía”.

A partir del nuevo impulso que tomó el caso, los investigadores detectaron contradicciones en el relato de Romero que -en el cotejo con la declaración de testigos y la suma de nuevas pericias- lo colocaron en un lugar de culpabilidad.

Por pedido del representante de la acusación, la jueza federal de Garantías N°2, Mariela Giménez, citó a declarar durante la primera semana del mes a siete testigos que aportaron detalles sobre los momentos previos a la desaparición de Cash, ocurrida el 8 de julio de 2011 en la zona de Palomitas, sobre la ruta 9/34, en el tramo entre el acceso a la localidad de General Güemes.

Uno de los testigos que actualizó el expediente fue Ramón Crespín, propietario de una gomería en la zona de Palomitas. Había sido uno de los primeros interrogados en el inicio de la búsqueda de la joven y siempre puso en duda la versión que dio Romero sobre el lugar donde había dejado a la diseñadora luego de levantarla mientras hacía dedo en la ruta 9/34.

A la joven se le perdió el rastro el 8 de julio de 2011.

En una de sus declaraciones, el camionero dijo que había llevado a Cash (tenía 29 años cuando no se supo más nada de ella) desde la rotonda de Torzalito hasta la gruta de la Difunta Correa. Crespín volvió a negar la veracidad de ese testimonio.

“Es imposible que no nos hubiéramos enterado si alguien hubiera estado en la zona. Tenemos perros que ladran cada vez que alguien pasa caminando o se detiene un vehículo. Nunca vimos a esa chica y el camionero tampoco se dejó ver por aquí”, declaró Crespín, y sugirió que el camionero podría poseer información clave sobre el paradero de la chica. “Si él fue quien la vio por última vez, entonces la Justicia debería ir directamente tras él. Nosotros nunca la vimos y la única evidencia apunta a él”, insistió.

Los investigadores decidieron profundizar en las contradicciones de Romero en sus distintos testimonios en la causa. Y desplegaron medidas para verificar qué tanto de lo que decía el camionero era cierto, y qué tanto no.

Uno de los principales elementos que incriminaron a quien ahora es el único sospechoso del caso fue el análisis de la ubicación de su celular. Según indicaron fuentes cercanas al expediente, las coordenadas y los horarios registrados por los peritos no coinciden con los tiempos de viaje declarados por Romero, especialmente en el tramo entre General Güemes y Joaquín V. González, este último señalado por él mismo como el destino final del recorrido.

Una cámara captó a María caminando desorientada por la ruta 9, en Salta.

Romero afirmó que Cash se bajó en el paraje del santuario de la Difunta Correa y describió una maniobra que, en el contraste con peritajes y pruebas de velocidad, resultan inviables en los tiempos que él mencionó.

Los investigadores también notaron inconsistencias en las descripciones que el camionero dio sobre María. En un primer momento dijo que ella había estado tranquila durante el viaje, y luego mencionó que estaba desorientada y nerviosa.

Romero también dijo no recordar cómo vestía la joven y mencionó que “estaba despeinada y el pelo suelto le tapaba la cara”. Las últimas imágenes que se tienen de Cash la muestran con el pelo atado.

A todos estos elementos se sumó, el 18 de noviembre, la declaración de un nuevo testigo. Nada menos que el hermano del camionero. “Que se haga cargo si se mandó una macana”, dijo David Romero ante el fiscal y la jueza.

Este miércoles, horas después de su captura y su posterior traslado a la sede de Delegación de Salta de la Policía Federal, el camionero asistió junto a su abogado, Fernando Díaz, a la indagatoria ordenada por Giménez en los tribunales federales de Salta.

Si bien en principio ejerció su derecho de abstenerse a declarar, luego de un cuarto intermedio pidió hacerlo y expresó su inocencia.

“Dijo que iba a declarar y responder todas las preguntas de todas las partes porque es totalmente inocente y no tiene nada para ocultar”, aseguró su defensor en declaraciones que reprodujo Clarín.

Eduardo Villalba, el fiscal que acusa al camionero de haber asesinado a María Cash.

El fiscal Villalba también habló tras la indagatoria. “Podríamos decir que (el camionero) actuó solo. Llama la atención el silencio del entorno”, afirmó.

Pese a que se excusó de ampliar detalles sobre las pruebas que incriminan al camionero, Villalba adelantó el próximo paso en la investigación. “Habrá rastrillajes en lugares específicos. Se harán de forma inminente”, mencionó.

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